mayo 2019 – Lúminos

El uso de tecnología en las aulas

Existe un gran debate entre aquellas personas que están a favor del uso de la tecnología en las aulas y aquellas que están en contra de esto. Mucho es lo que se ha dicho y escrito en relación a este tema, generalmente tomando posturas aceptación indiscriminada o de rechazo rotundo.

Por un lado, los que apoyan el uso de la tecnología en educación consideran que ha permitido abrir las puertas a nuevas formas de enseñanza, facilitando y haciendo más significativo el aprendizaje para los estudiantes, haciéndolo interesante para los niños y jóvenes actuales, cuyo interés parece estar muy enfocado en este ámbito. Así encontramos, desde escuelas en las que los maestros usan recursos tecnológicos como herramientas didácticas, hasta escuelas cuyas principales herramientas para el aprendizaje de los alumnos son los dispositivos electrónicos y plataformas de contenido que abarcan las diversas áreas del conocimiento; corriendo el riesgo de que por un uso indiscriminado de la tecnología se descuide el desarrollo de otras habilidades en los estudiantes.

Del otro lado encontramos a aquellos que están en contra de la tecnología en las aulas o que plantean usarla lo mínimo indispensable. Algunos argumentan que es un distractor importante, que puede obstaculizar el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje, otros, que el uso de la tecnología hace que los niños y jóvenes no desarrollen habilidades físicas, sociales, emocionales, e intelectuales que son necesarias para su etapa de desarrollo. Dejando totalmente de lado que hoy en día los niños y jóvenes también requieren desarrollar habilidades tecnológicas que les serán necesarias para la vida.

Lo que es cierto es que ni ambas posturas son del todo correctas, ni son del todo erróneas. Mucho se ha dicho que el mundo no es ni blanco ni negro, existen tonalidades. Esto mismo pasa en este tema, es necesario encontrar un justo medio, este es el verdadero reto para las instituciones educativas.

Debemos aprender a incorporar la tecnología en las aulas, teniendo un elemento como criterio, el que sea utilizada con fines educativos. Esto lo podemos saber evaluando el que las herramientas y recursos tecnológicos a implementar cubran al menos alguno de los siguientes objetivos:
1.- No descuidar el desarrollo de habilidades necesarias en cada etapa del desarrollo, habilidades físicas, sociales, intelectuales y emocionales, que requieren desarrollarse con otro tipo de herramientas que no son forzosamente tecnológicas.
2.- Que desarrollen o impulsen el desarrollo de habilidades intelectuales y la adquisición de conocimientos de una manera más significativa para los estudiantes.
3.- Que habiliten a los alumnos en el uso de nuevas tecnologías que le serán necesarias en etapas académicas futuras y en su vida en un mundo inminentemente tecnológico.

En las etapas tempranas del desarrollo siempre es importante cuidar que el uso de tecnología se plantee de manera complementaria al desarrollo de elementos importantes para el proceso de maduración de niño, como: creatividad, imaginación, desarrollo motriz, cognitivo y social.

Si queremos preparar verdaderamente a los niños y jóvenes para el mundo que les espera ciertamente debemos abrirnos al uso de la tecnología en la educación. como un recurso en el proceso educativo pero también como un elemento en el que es necesario que el alumno se habilite.

Nuestros niños y jóvenes merecen una educación brillante, que aproveche de manera adecuada los grandes recursos que el ser humano ha generado, en favor de una educación integral, que habilite a cada uno en todas las dimensiones de su persona.